¿CÓMO PUEDO HACER FELIZ A DIOS?


Existe un refrán judío: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes” pero en Realidad Dios quiere todo de nosotros, Él quiere nuestro Cántico de Alabanza y debe ser de todo corazón. Nuestra alabanza es música para los oídos de Dios, y Él ama escuchar que Sus hijos le ofrecen alabanza. ¿Cómo puedo hacer feliz a Dios? ¡Alabándolo! ¿Por qué debe ser alabado Dios? Él es nuestro Creador, nuestro Redentor y nuestro Consolador. “Digno es el Cordero de recibir nuestra alabanza, a Él sea la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” Sólo Él es digno de recibir nuestra alabanza con todas nuestras fuerzas.

El escritor Juan expresa en Apocalipsis 5:11-14 Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones. Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!» Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: « ¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!»

El término griego ἔπαινος se usa para describir la alabanza a Dios, lo cual el Diccionario Teológico define como el «acto de expresar aprobación, admiración o elogio.» Para los cristianos, alabar a Dios es un acto de honrar y adorar, de levantarlo a Él por encima de todos los demás y glorificar su nombre. La alabanza nos acerca a Dios, ya que nos despierta espiritualmente y sirve como una conexión entre el Señor y nosotros.

Jim Burns resalta que la alabanza:

  • Libera el poder de Dios.
  • Es nuestra expresión de gratitud por sus valientes actos de poder y su extraordinaria grandeza.
  • Libera tu vida en las manos de Dios.
  • Libera el Espíritu Santo dentro de tu vida.
  • Libera tu espíritu a cantar de Su impresionante grandeza.

Dios se deleita en la alabanza de su pueblo. Recordemos las palabras de Jesús habló en contra de los fariseos, que glorificaban a Dios en apariencia, pero dentro de sus corazones eran callosos y se centraban en su propia agenda. Debemos venir ante el Señor y vivir una vida de alabanza: una vida en la que no sólo nos arrodillemos ante el trono de Su Gracia, sino tener una vida de alabanza continua, acciones diarias, actitud, y condición del corazón. Nuestra adoración va mucho más que cantar, es una oportunidad para acercarnos a Dios, una necesidad para cualquier persona que busca la verdadera intimidad con Él.

▶️¡Cuán Grande es Él!  

Escrito por Samuel M. Gaspár

Pastor y Músico Adorador

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